Breve historia de la roya y eventos de impacto en el café

La presencia de organismos como hongos, insectos y nematodos en una plantación de café podría terminar convirtiéndose en una plaga que afecte económicamente al cultivo. 

En el caso del café Arábica varios de estos organismos provienen de su misma zona de origen, en África del Este y donde en condiciones naturales estos organismos estarían en equilibrio con las plantas, sin provocarles daños que comprometan su producción y sobrevivencia.

Se reconoce que la agricultura y en particular el caso de monocultivos como el café, tienden a crear condiciones favorables para que estos organismos se vayan especializando y convirtiendo en plagas y enfermedades de primer orden, requiriendo de medidas de control.

Una revisión histórica

Existe una observación de 1861 atribuida a un explorador británico que menciona la presencia de una enfermedad desconocida, afectando plantas silvestres del café Arábica en las cercanías del Lago Victoria, en África del Este. En esta zona las especies de café susceptibles a la roya eran naturalmente pocas, lo que explicaría que el hongo pasara desapercibido durante muchos años.

Luego ocurre el famoso capítulo de Ceilán (hoy Sri Lanka), entonces colonia inglesa, que era el primer productor mundial de café en esa época. Se presenta este primer reporte de la roya en 1869, que fue descrita y nombrada como Hemilia vastratrix por el científico británico Berkeley en ese mismo año.

Es un hecho conocido que la dispersión del café Arábica en el mundo se dio a partir de las semillas de unas pocas plantas desde su centro de origen, en Etiopía, lo cual incidió para que las plantaciones luego establecidas en Asia y más tarde en Latinoamérica, tuvieran una base genética muy estrecha, en especial el caso de Latinoamérica.

Las variedades de Arábica cultivadas en Ceilán eran susceptibles a la roya, y durante un período aproximado de 20 años ocurrió el colapso de la caficultura en este territorio. No existían fungicidas de uso común en esa época y el caldo bordelés fue conocido hasta 1885, que ya era muy tarde para el café de Ceilán.

Prevalecían además condiciones climáticas altamente favorables para el desarrollo de la enfermedad en Ceilán. Este incidente tuvo consecuencias muy graves en la economía de la isla, pérdidas para los productores, miles de trabajadores sin ingresos, un sistema bancario y financiero en crisis.

En la siguiente gráfica de barras se aprecian los datos de exportaciones de café de Ceilán, que pasaron de cerca de 900,000 quintales oro en 1879 a 50,000 quintales en 1893 (Saccas y Charpentier, 1971), representando una caída aproximada de 95%. Los ingleses empezaron a sustituir las plantaciones de café por el cultivo del té. Antes de este evento provocado por la roya, los ingleses tomaban café como su principal bebida caliente, que luego sustituyeron por el té. La roya fue el detonante para ese cambio de hábito, y entonces que la pausa para el cafecito se convirtiera en la famosa hora del té inglesa.

Exportaciones de café de Ceilán, años 1879, 1884 y 1893.

(Creación propia, adaptado de Saccas y Charpentier, 1971)

El café Robusta originario del África Central y África del Oeste ya era conocido en el siglo 19. Las primeras observaciones mostraban que era más resistente y tolerante a la roya, razón por la cual los holandeses iniciaron el cultivo en sus antiguas colonias reemplazando al Arábica rápidamente a inicios de los años 1900´s, víctima de la enfermedad en las zonas de baja altitud del Suroeste asiático.

La participación del café Robusta en la producción mundial ha pasado durante un siglo de ser prácticamente nada, a un 40% aproximado en la actualidad, y con una tendencia a incrementar su participación a corto y mediano plazo. Este sería el segundo evento histórico relevante derivado de los impactos de la roya.

Los caminos de la roya y su dispersión mundial.

Retomamos la historia de la dispersión de la roya con su aparecimiento en Ceilán, en 1869, expandiéndose esta enfermedad en pocos años a todos los territorios del trópico de Asia que cultivaban el café Arábica.

En 1966 se indica la presencia de la roya en Angola, en África del Oeste, y luego en Brasil en 1970, citándose como una de las hipótesis que fue transportada por los vientos alisios desde el África hasta América. Después de su llegada a Brasil la roya se hizo presente en todos los países latinoamericanos productores de café en menos de veinte años, siendo Nicaragua el primer país de Centroamérica que reportó su presencia en 1976.

Se generó mucho temor en los países productores de Latinoamérica ante el anuncio de la detección de la roya en Brasil en 1970, temor en parte justificado ya que todas las variedades cultivadas en América Latina eran susceptibles a la enfermedad. Sin embargo, contrario a las condiciones climáticas de Ceilán altamente favorables a la epidemia de roya, en Latinoamérica se tenía la idea que su gran diversidad de climas y altitudes no iba a permitir un desarrollo de la roya con las características letales de Ceilán, además que ya existían fungicidas de uso común para su control químico.

Dispersión mundial de la roya del café en versión simplificada (creación propia)

La llegada de la enfermedad a Nicaragua generó varias acciones preventivas entre los países vecinos. Las medidas cuarentenarias tomadas frenaron de momento la expansión de la enfermedad; sin embargo, los intentos de erradicación fueron costosos y no alcanzaron obviamente su objetivo principal que era la desaparición de la roya. Estos intentos de erradicación dan indicios que, a pesar de los antecedentes de la enfermedad en el Asia tropical, las administraciones públicas y sectoriales de Latinoamérica y en especial de Centroamérica, estaban desprevenidas y mal informadas.

Del lado positivo puede destacarse la creación del Programa Regional para la Protección y Modernización de la Caficultura (PROMECAFÉ) en 1978, y su impulso hacia el aumento de la productividad y rentabilidad como base para disponer de los medios de control de la roya, y la consideración de que los problemas que planteaba la enfermedad podían resolverse a través de la investigación, la transferencia de tecnología y la capacitación.

A partir del establecimiento de la roya en Mesoamérica y el Caribe, se han presentado casos de comportamiento epidémico en algunos países: Costa Rica en 1989-90 y Nicaragua en 1995-96; ambos relacionados con condiciones climáticas, económicas (bajos precios del café), alza del costo de insumos y el estado físico de las plantaciones. En general estas epidemias previas no tuvieron incidencia para propiciar una mejor preparación que incluyera la vigilancia, actualización y divulgación de los conocimientos sobre la roya.

Las epidemias recientes: Colombia 2008-2012, Mesoamérica y El Caribe 2012-13

En Colombia durante el período de 2008 a 2012 se presentó una alta incidencia de la roya del cafeto, con afecciones incluso arriba de los 1.600 metros sobre el nivel del mar. Los principales factores serían cambios temporales en los patrones climáticos y disminución de la atención agronómica en las fincas por factores económicos. Como resultado de un prolongado evento del fenómeno de La Niña, las lluvias fueron mayores en cantidad y frecuencia, y la radiación solar estuvo por debajo del promedio anual.

En Mesoamérica y El Caribe se presentó un comportamiento epidémico de la roya a partir del año 2012 bajo condiciones de clima más cálido, menos lluvias y períodos irregulares en la distribución de estas. El impacto primario de la epidemia de la roya se evidenció en la disminución de las producciones de café Arábico en interacción con los siguientes factores: – predominancia del cultivo de variedades susceptibles, – condiciones climáticas adversas al cultivo y favorables a la enfermedad, – bajos precios internacionales del café, y, – poca inversión en el mantenimiento de las plantaciones.

La siguiente gráfica muestra para Centroamérica y México la baja de producciones y el proceso de recuperación expresados en porcentaje respecto al “Año Roya” 2012. La pérdida acumulada de producción de estos países en los 5 años posteriores a la epidemia, fue superior a 19 millones de quintales de café oro, equivalentes a más de 2 mil millones de dólares, cifras de una escala macro, pero que al final son el resultado de las pérdidas individuales de los productores y de numerosas fuentes de trabajo.

Dinámica de la producción del café en Centroamérica y México expresada en porcentaje respecto al “Año Roya” 2011-12 (fuente: http://www.ico.org).

Luego de iniciado este período epidémico de la roya, en la mayoría de las fincas fue evidente el impacto de la enfermedad observándose fuertes defoliaciones, caída de frutos, y, frutos que no completaron su maduración. La recuperación de las fincas y países fue un proceso lento porque el impacto trascendió a los siguientes años, en períodos variables dependiendo de la capacidad de inversión de los productores y el clima.

Un factor común en estas recientes epidemias de Colombia y Centroamérica fue la reducción en la amplitud térmica diurna, con temperaturas mínimas más elevadas y temperaturas máximas más bajas, que de manera probable disminuyó el período de latencia de la enfermedad. Estas epidemias deben considerarse como una advertencia para el futuro, ya que fueron favorecidas por condiciones climáticas consistentes con las previsiones de cambio climático (Avelino et al, 2015).

Los programas nacionales y regionales de vigilancia e investigación de la roya han sido oportunamente fortalecidos, y la participación proactiva de los diversos sectores, incluida la industria de agroinsumos, deberán contribuir a la rentabilidad y sostenibilidad de este valioso y estratégico sector de nuestras economías.

Bibliografía Avelino, J., Cristancho, M., Georgiou, S., Imbach, P., Aguilar, L., Bornemann, G., Laderach, P., Anzueto, F., Hruska, A. J., and Morales, C. 2015. The coffee rust crises in Colombia and Central America (2008–2013): Impacts, plausible causes and proposed solutions. Food Secur. 7:303321. Saccas, A.M., Charpentier, J. 1971. La rouille des caféiers due à Hemileia vastatrix. France, Bulletin IFCC 10. 123p.

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